F I C H A T É C N I C A
Dirección y guión: Jeff Nichols
Producción: Tyker Davidson, Sophia Lin
Fotografía: Adam Stone
Montaje: Parke Gregg
Vestuario: Karen Malecki
Música: David Wingo
Intérpretes: Michael Sannon, Jessica Chastain, Tova Stewart, Shea Whingham, Katy Mixon
Duración: 2 horas.
S I N O P S I S
Curtis LaForche vive en un pueblo de Ohio con su mujer, Samantha, y su hija de seis años, Hannah, que padece sordera. Curtis se gana la vida modestamente como capataz de una empresa minera de arena. Samantha trabaja de costurera en su casa y complementa los ingresos familiares vendiendo sus prendas hechas a mano en el mercadillo los fines de semana. No les sobra el dinero y costear la atención médica y educación especial de Hannah supone un esfuerzo. A pesar de ello, Curtis y Samantha forman una familia feliz. De pronto Curtis empieza a tener una serie de pesadillas aterradoras.
C R Í T I C A S
DEMONIOS EN EL JARDÍN (Por Cova)
Es tiempo de crisis. Las faldas se alargan, los labios se pintan de rojo y los mensajes apocalípticos y tal proliferan por todas partes y el cine no iba a ser menos: Melancolía (Lars Von Trier) El extraterrestre (Vigalondo), El árbol de la vida (Malick). Nichols se centra más en los demonios interiores, mucho más aterradores que los externos, mucho más difíciles de reconocer y, por lo tanto, de combatir, así que no se confíen.
A Curtis, un hombre de mediana edad, todo le va... Bien, dados los tiempos que corren. Buen trabajo, buen seguro médico, una casa, paga religiosamente sus facturas, su vida es apacible... Probablemente por todo eso, le entra el pánico. Poco a poco, se sumerge en sus terrores, que amenazan con devorarle a él y cuanto le rodea, espectador incluido. Magnífica la interpretación de Michael Shannon, con un físico que acompaña bastante, todo hay que decirlo, pero que encaja en un guión sólido y bien desarrollado, si bien el director “casi” la caga por no haber cortado un minuto y medio antes. Piensen que el final es una alegoría de estos tiempos tan amargos que amenazan con arrasarnos a todos y arreglado.
“FRAGILIDAD” por Vladimir Eisenstein
Curtis LaForche es un hombre frágil. Un modesto trabajador, un hombre introvertido y responsable que intenta sacar adelante a su familia y a su pequeña hija sordomuda. Quizás se preocupa demasiado, quizás el problema de su niña ha sido el desencadenante que ha incrementado sus temores, su miedo al futuro. El hecho es que cada vez está más angustiado, ve malos augurios en el cielo, tiene pesadillas, sufre ataques de ansiedad…
Jeff Nichols nos describe en “Take Shelter” con extraordinaria delicadeza y detalle, con admirable graduación, cómo evoluciona este personaje, cómo se va obsesionando por proteger a los suyos. Siente que les acechan amenazas por doquier, que algo malo les va a ocurrir. Su comportamiento comienza a alterarse y se alarma porque no sabe si se está volviendo loco. Hay antecedentes familiares: su madre está internada por esquizofrenia. Su desequilibrio va aumentando, la obsesión le posee y sus actos irracionales provocan que le ocurran desgracias. Es la profecía autocumplida.
Todos somos frágiles, nadie está a salvo, nuestras vidas penden de un hilo. Un accidente, una enfermedad, un golpe de fortuna no son tan improbables y de un día para otro podemos perder el trabajo, nuestros bienes, un ser querido. Nada es seguro, por eso seguir adelante requiere un cierto grado de inconsciencia y de autoengaño, pero Curtis es dolorosamente consciente y esa conciencia es anormal y mientras más aguda, más irracional. Se empeña en ampliar y reformar insensatamente el vetusto refugio contra tornados del jardín.
Michael Shannon, un actor de rostro difícil, interpreta con pulso y contención tan arriesgado personaje y la extraordinaria Jessica Chastain le da adecuada réplica como su decidida mujer. Jeff Nichols recurre a una estética y una atmósfera deudoras de Terrence Malick, pero sin la grandiosidad estética de éste ni tampoco su grandilocuencia, por suerte. Es más terráqueo, menos bíblico.
Take Shelter” puede ser vista como una metáfora de estos tiempos de incertidumbre en que todos, especialmente los trabajadores, sufren la crisis económica, tienen miedo y esos trabajos, educación, atención sanitaria y pensiones que parecían seguros, sobre todo en la inamovible Europa, corren peligro. El Estado ahora amenaza, no protege. Esta metáfora social no está explícita en el film, ni tampoco, como algunos han afirmado, la amenaza de un apocalipsis que, como mucho, sólo existe en su versión de gran tornado local dentro de la mente de Curtis.
Es cierto que el final sí abona la tesis de película apocalíptica, pero precisamente ese final no es muy acorde con lo que hasta el momento ha sido sólo el retrato psicológico de una mente atormentada. Es un final grosero que empaña el trazo fino usado hasta ese instante y ante el que dan ganas de recurrir a la castiza expresión de “me joden los profetas”. Un pequeño borrón que en cualquier caso apenas ensucia esta excelente película.
Hoy he visto esta maravillosa pelicula. Me ha encantado porque a pesar de su larga duración te mantiene la intriga hasta el ultimo momento. Me ha gustado incluso el final. Menos mal que no habia leido vuestra critica hasta despues de verla como tengo costumbre hacer, porque la pelicula si conocemos el final pierde todo el interes.
ResponderEliminarEsto es un spoiler en toda regla chicos.