Título original: Sound of Noise
Año: 2010
Duración: 102 min.
País: Suecia
Director: Ola Simonsson, Johannes
Stjärne Nilsson
Guión: Ola Simonsson, Johannes Stjärne Nilsson, Jim Birmant
Música: Fred Avril, Magnus Börjeson, Six Drummers
Fotografía: Charlotta Tengroth
Reparto: Bengt Nilsson, Sanna Persson, Magnus Börjeson, Marcus Boij,
Fredrik Myhr, Anders Vestergard, Johannes Björk, Sven
Ahlström, Ralph Carlsson, Paula McManus
Productora: Coproducción
Suecia-Francia; Bliss / Nordisk Film / Wild Bunch / dfm Fiktion
Género: Thriller. Comedia | Comedia negra. Crimen.
Robos & Atracos. Terrorismo. Música
Sinopsis:
El agente de policía Amadeus
Warnebring nació en el seno de una célebre familia de músicos, pero –ironías
del destino– detesta la música. Un día, un extravagante grupo de músicos
dirigido por la hermosa y traviesa Sanna decide tocar una obra musical
apocalíptica empleando la ciudad como instrumento y sembrando el caos y el
pánico entre la población. Warnebring se entrega inmediatamente en cuerpo y
alma a la caza de estos terroristas musicales. (FILMAFFINITY)
Terrorismo musical
Cristina Almarcha
Jareño
Alcobendas, 22 de
octubre de 2013
Tic Tac Tic Tac.... Cuando las cosas están
patas arriba, los jóvenes no tienen trabajo, la vida contemplativa no es una
opción y no existen más recursos que la protesta, ¿dónde está la diferencia
entre un terrorismo acústico y la utilización de los recursos públicos para
algo que no sea perseguir el crimen ‘protesta’ cuando una sociedad ha llegado a
su situación límite?
Es la sensación del mensaje sutil que
arrastra la película ó uno de los muchos planteamientos que puede uno hacerse
frente a los hechos que se ven y se palpan como en una alfombra de juguetes desordenados
de un niño en su habitación. Porque los espacios de cada plano en este film están
llenos de objetos, hay muchas estancias vacías donde prima el mensaje, el silencio y el ruido.
Estas tres manifestaciones aparecen
superpuestas para hacer de nuestra película una amalgama de diferentes músicas,
todas ellas muy creativas, todas ellas medidas meticulosamente para
arrastrarnos en su recorrido a pensar acerca de los aspectos sociales más
variopintos que podamos imaginar. Porque la película no trata de sacar ninguna
conclusión. Deja abierta enteramente al espectador su espacio para llegar a las
conclusiones personales que uno quiera.
Aunque no tiene nada de fenomenal y es
repetitiva, ‘el sonido del ruido’, como es su traducción al castellano, engancha
mucho visual y auditivamente y sólo a través de una deliciosa escena, se hace
escurridizo el desenlace final.
La historia en sí versa alrededor de un
policía con un problema de oído y un grupo terrorista de ese silencio que es la
‘nada’ del desencanto de una sociedad que con músicas elaboradas con todo tipo de
objetos intenta plasmar su protesta social mediante la creatividad, para muchos
‘haciendo ruido’: Destruirán bancos, estatuas, lugares sociales comunes,
teatros, etc…
Nuestro protagonista, aunque proveniente de
una familia de músicos aclamados querrá desenmascarar a este grupo, no sin
antes adentrarse en la búsqueda de sí mismo a raíz de la curiosa actuación de
esta banda de ‘ruidosos bandoleros’.
Creo que caben muchos planteamientos que
hacerse de la película, como decía, porque también se muestran otros aspectos
como el amor, las fobias o las relaciones parentales y fraternales. Este
último, quizá es el que quede más manifiesto, pues Amadeus, cínico nombre que
recibe nuestro protagonista (Bengt Nilsson), no tiene oído para ciertos sonidos
y así lo hacen nuestros directores co-partícipe de la trama.
Quizás lo más interesante es la evolución de
Amadeus y su forma de entender el problema tanto a nivel personal como
profesional, pues acabará lanzándose al abismo de una forma ecléctica, que sin
querer desvelar el final, le hará llegar a la comprensión de su propio
problema.
Es una película curiosa. Un cine de autor con
matices muy personales, que se deja ver y que tal como funcionan ahora las
sociedades, llega en un momento donde es necesario por parte del arte mostrar
los aspectos más duros de la actual situación de un país o de una ciudad.
¿Qué mejor manera que hacerlo con música, y
en su contraposición, con ruido?!
Es también una película anárquica donde todo
cambia de lugar, que sin darnos cuenta nos hace adentrarnos en el guión que
poco a poco va tejiéndose y nos lleva a los lugares más insospechados de
análisis introspectivo social y de las relaciones humanas.
Igualmente hay escenas únicas de luz y color
que hace que uno pueda relajarse y llegar a la comprensión de un guión fácil,
pero bien llevado.
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