F I C H A T É C N I C A
Director: Michel Hazanavicious
Director: Michel Hazanavicious
Productor: Thomas Langmann
Fotografía: Guillaume Schiffman
Dirección artística: Laurence Bennett
Música: Ludovic Bource
Montaje: Anne-Sophie Bion
Vestuario: Mark Bridges
Intérpretes: Jean Dujardin, Bérénice Bejo, John Goodm
an, James Cromwell, Penelope Ann Miller, Missi Pyle, Beth Grant, Bitsie Tulloch
Duración: 1 hora 40 minutos
S I N O P S I S
Hollywood, 1927. El tiempo del cine mudo está a punto de terminar. George Valentin (Jean Dujardin) es una estrella del cine mudo especialmente famoso por su encantadora sonrisa. Sin embargo, el prometedor futuro del actor comienza a verse comprometido con la llegada del cine sonoro y su espectacular trayectoria en la gran pantalla comienza a caer en el olvido. Es entonces cuando aparece en su vida Peppy Miller (Bérénice Bejo), una guapa y joven bailarina que comienza a adquirir una gran fama en Hollywood y por la que George Valentin se siente rápida e irrefrenablemente atraído.
Una historia de destinos cruzados que narra cómo la fama, el orgullo y el dinero pueden ser los mayores obstáculos en una bonita historia de amor. La cinta, rodada íntegramente en blanco y negro, se
trata del particular homenaje al cine mudo del director francés Michel Hazanavicious.
C R Í T I C A
Regreso al pasado (Por Cova)
Una película rodada en formato años 20, con una sencilla historia típica de los años 20 y unos actores que se desenvuelven extraordinariamente bien con sus personajes. Puede que los poco aficionados a este cine se pregunten ¿Qué necesidad había? Ninguna. Aunque hacer cine puede ser una necesidad para los que se ganan la vida con ello, también puede ser, como el sexo, una opción, un placer, un hobby. El director de esta cinta, se ha esmerado al máximo y ha conseguido devolvernos el encanto de aquel cine, cuidando y mimando la escenografía, la imagen, la música (Los muy puristas echarán de menos al hombre del piano, claro) y a los actores. En esta cinta pueden encontrarse homenajes a directores como Frizt Lang de Metrópolis o Murnau de Amanecer o incluso a actores como John Gilbert, un galán que rivalizó con el mismísimo Valentino. Uno sale del cine con sonrisa en los labios, ojitos de querer y con el cuerpo como blandito. Es una entrañable y tierna delicatessen hecha, como todas ellas, para ser saboreada sin prisas.
“UN HERMOSO SUEÑO” por Vladimir Eisenstein
“The artist” es un sueño. Un sueño de Michel Hazanavicious, un realizador francés sólo conocido por sus dos parodias comerciales de la serie Bond, bajo el título OSS 117. Con esta película ha subido un peldaño su ambición y ya no se trata de parodiar, sino de recrear y recrear nada más y nada menos que el glamour y el encanto del cine mudo hollywoodiense y su estrellato. Todo un desafío si además se afronta con purismo, es decir rodando en blanco y negro, con rótulos y el único alivio de una banda sonora musical. Conseguido el apoyo del escabroso productor Thomas Langmann, ha podido cumplir su sueño y el éxito le ha sonreído hasta el punto de sonar con fuerza para el Óscar, lo que no sería extraño contando como cuenta con el apoyo del astuto Weinstein.
Nada que objetar, desde luego, porque sería una alegría que se premiase el riesgo comercial de esta propuesta que además no cuenta en su reparto con ninguna estrella americana. “The Artist” es además un excelente trabajo, hecho con delicadeza y entrega. Todos los detalles están cuidados al máximo, encima no falta el ingenio y la pareja protagonista no puede ser más idónea. No nos transmite en ningún momento la sensación de nostalgia o simple homenaje, aunque lo sea, sino que comunica pasión, amor por el cine y por aquel cine, por la fábrica de sueños y por los sueños de quienes trabajaron allí.
Fluye con toda naturalidad la película de la mano de un espléndido Jean Dujardin y su contagiosa sonrisa llena de blancos dientes, tan propia de los galanes de la época, y que sólo hemos disfrutado más tarde en el cine sonoro con Stanley Donen y ahora con George Clooney. Sonrientes, pues, desde el primer minuto, nos dejamos llevar optimistas y frívolos, confiados, incluso en los momentos dramáticos, de que el final será feliz. Y aquí es donde cabe hacerle una única objeción a esta obra tan bien acabada. Y es que “The Artist” parece un musical sin serlo. Ese es su espíritu, pero no hay números de baile, salvo unos casuales dúos de claqué. De ahí que cuando se relata la caída de la estrella hasta tocar fondo y Hazanavicious debería haber hecho una inflexión hacia el melo y no la hace, cuando no basta con el revival, esos momentos no tengan suficiente intensidad si los comparamos con la fuerza vital que el film respira en sus momentos de optimismo. Un pequeño valle en cualquier caso entre grandes cumbres.
Ah, no quiero dejar de destacar el triunfal debut del perro español Curro (el de la Primitiva) en Hollywood. Primero fue Banderas, luego Bardem y ahora nuestro buen amigo de cuatro patas.
EL HOMENAJE (by Eukeni )
Banda sonora de
“Vértigo” (1958) (la música de Herrmann) homenaje a la obra de Alfred Hitchcock, claras referencias y homenajes a personajes como el de Rodolfo Valentino; el protagonista de la película es un actor llamado George Valentin, especializado en el cine exótico de aventuras (homenaje a Fairbanks).
Referencias al éxito del musical con la llegada del sonoro (el baile de claqué, que nos habla de Fred Astaire y Ginger Rogers). Referencias a escenas de películas como “Ciudadano Kane” (como la secuencia en la que los sucesivos desayunos muestran el declive de la relación matrimonial de Valentin), el papel del mayordomo que cuida de quien fue una estrella en el pasado (el mismo papel de Erich von Stroheim en
“El crepúsculo de los dioses”, el toque de comedia que nos da la presencia del perro (como en la serie de películas de los años 30 de “El hombre delgado”).
Referencias al guión de “Cantando bajo la lluvia” el cambio al cine sonoro que obliga a convertir a última hora una producción en musical con intención de atraer al gran público.
“Umberto D” (el mismo perro, Flike, salva a su amo).
La historia de “El crepúsculo de los dioses” (el proyector, la decadencia) contando lo de la “Vieja estrella del cine mudo” olvidada por el publico con la llegada del cine sonoro.
“Él” (la habitación desquiciada; el horror de las risas y los gestos).
“Rebeca” (la sobrexposición de luz en esa alcoba).
“El nacimiento de una nación” y su trepidante montaje en paralelo… El plano Lubitsch de las escaleras, preciso y elegante: unos suben y otros bajan, pero el cine fluye sin parar.
Recuerdos de “Sunrise"...
Las clarísimas referencias a las películas de los grandes directores Alfred Hitchcock, Orson Welles o Billy Wilder señalando que sus películas podían ser mudas, de modo que el sonido no era un elemento imprescindible para entender el cine.
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