lunes, 30 de abril de 2012

"Los juegos del hambre", Gary Ross, 2012.

Parece ser que son tiempos de blockbusters. Después de que la saga de Eclipse de Stephanie Meyer saqueara a los adolescentes en el cine y en literatura bestselleriana. Ahora es el momento de otra saga "Los juegos del hambre" de Suzanne Collins y hay  para rato porque se preveen películas hasta el 2015. Otro bombazo para la taquilla. Y más dolares para la maltrecha industria.
"Los juegos del hambre" en EEUU ha tenido buenas críticas tanto de público como de crítica. Además ha recaudado bastante dinero algo esencial en estos tiempos.
Gary Ross ha sido el encargado de realizarla. Un artesano con solamente dos películas: "Pleasantville, (1998) que se estrenó casi al mismo tiempo que "El show de Truman" ya que hablan más o menos del mismo tema (mundos creados) y "Seabiscuit"(2003) que obtuvo unas cuantas nominaciones para los Óscars de ese año.
Lo que más llama la atención es que es un blockbuster disfrazado. Una película que toca temas un tanto delicados; el estado de la sociedad, los gobiernos opresores, y los medios de comunicación. Una crítica a la televisión basura y de como controlan a la población de esos doce estados mediante un programa de televisión masoquista y divididor de la sociedad.
"Los juegos del hambre" son como una especie de Juegos Olímpicos pero anuales. En estos juegos cada estado debe de donar dos tributos (una chica y un chico...jovencitos) y deben de luchar a muerte entre ellos hasta que solamente quede uno. La temática nos recuerda a "Battle royale" (2000), de Kinji Fukasaku, en donde unos alumnos de una escuela empiezan un combate a muerte entre ellos o a la temática de la caza del humano vista en muchas películas de los 70's. E incluso nos puede recordar la película "Depredador" (1987), John McTiernan.
La primera parte de la película con una realización nerviosa nos describe todo los entremeses de la organización del programa, desde que son elegidos los tributos, el entrenamiento de Katniss (Jennifer Lawrence) a cargo del vencedor de otra edición Haymitch (Woody Harrelson encasillado en borracho) hasta el comienzo del concurso en si. La primera parte es lo más original en sí, con una mezcla de todo tipo de películas de ciencia ficción, incluso recordándonos a la civilización romana y el peplum o a "La fuga de Logan" (1976) , "Tron" (1982) o a la más actual "In Time"(2011)
La segunda parte es el comienzo de los juegos donde los tributos empiezan a matarse entre ellos. Participantes de los 12 estados. Donde hay psicópatas, máquinas de matar y niños de ocho años. Una especie de "El Show de Truman" (1998) donde el jefazo el Presidente Snow (Donald Sutherland) y su esbirro Seneca (Wes Bentley) hacen lo que quieren con los tributos. Crean todo tipo de adversidades y si les caes bien te dan premios para la supervivencia (medicinas, alimentos).
Una crítica a la TV basura, y de como está organizada. Anque en este caso la TV funciona como medio opresor y dar circo al pueblo. Para dividirlos.
Me sorprende ese éxito e imagino que habrá sido por los libros parecidos a los de "Eclipse". Aunque a medida que avanza la película el factor sorpresa va desapareciendo.
Lo mejor: La aparición de Jennifer Lawrence y de un gran casting...nombrando al todoterreno Stanley Tucci (Caesar, Margin Call), Toby Jones (Claudius). ¿Aunque que hace Lenny Kravitz en esta película?. Lo peor: La falta de originalidad al final de la peli y que hay más películas por ver o esperar y algunos momentos ñoños o que podían sobrar en el metraje de más de dos horas.
Es un buen blockbuster. Para fanes de los concursos masoquistas.

By Gilbert Grape.

Ficha Técnica:

Director: Gary Ross.
Guión: Gary Ross, Suzanne Collins.
Música: James Newton Howard.
Fotografía: Tom Stern.
Casting: Stanley Tucci, Wes Bentley, Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Woody Harrelson, Toby Jones, Lenny Kravitz, Donald Sutherland.




domingo, 29 de abril de 2012

DE NICOLÁS A SARKOZY






FICHA TÉCNICA
Título original: La conquête
Dirección: Xavier Durringer
Guión: Patrick Rotman, Michaël Darmon y Xavier Durringer
Producción: Eric y Nicolas Altmayer
Fotografía: Gilles Porte
Montaje: Catherine Schwartz
Música: Nicola Piovani
Intérpretes: Denis Podalydès, Florence Pernel, Bernard Le Coq, Samuel Labarthe
Duración: 1 hora 45 minutos. 


                                     SINOPSIS 

6 de Mayo de 2007, segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas. Nicolás Sarkozy, seguro de la victoria, permanece enclaustrado en su domicilio, enfundado en su bata, sombrío y abatido. Lleva todo el día intentando reunirse con su mujer, Cecilia, que le rehúye. Esos últimos cinco años que ahora tocan a su fin desfilan ante nosotros: cuentan la irresistible ascensión de Sarkozy, llena de trucos sucios, arranques de cólera y encontronazos entre bastidores. Es un hombre que llega al poder, pero pierde irreversiblemente a su esposa.




                                       CRÍTICA


“LA RESISTIBLE ASCENSIÓN DE NICOLÁS SARKOZY AL ELÍSEO” por Vladimir Eisenstein

No recuerdo que se haya hecho ninguna película de ficción biográfica sobre un presidente o primer ministro estando aún al mando. “De Nicolás a Sarkozy” es tan insólita en este sentido como lo es la peculiar figura de este presidente en una cultura política como la francesa tan tradicional, conservadora e incluso rancia. La primera dificultad para hacer una película así estriba en que todavía no hay punto final ni en la vida ni en el mandato o la carrera del biografiado y la segunda en el riesgo de entrar en el debate político y ser devorada por él y juzgada sólo como laudatoria o peyorativa y no por sus virtudes o defectos cinematográficos. Xavier Durringer, su director, soluciona el problema, situando la acción y el punto final en la noche del triunfo que le condujo a la presidencia, con abundantes flash-back y dando al film un tratamiento de farsa bastante ligero y alejado de cualquier propósito documental o periodístico, aunque, como es lógico, se reflejan los hechos de conocimiento público que rodearon aquella campaña. No se pringa ni a favor ni en contra, aunque señala que el rey, pero no sólo él, está desnudo.

El juego dramático que enriquece este relato no es la descripción de las intrigas, avatares y desvelos entre bambalinas de una campaña electoral, algo ya narrado muchas veces por el cine americano (en “Idus de marzo” de Clooney, por ejemplo), sino algo más novelesco: la trayectoria en paralelo y simétrica de ascenso y declive que vivió la vida de Sarkozy en aquellos meses. Mientras ascendía hacia el cielo del poder, su matrimonio naufragaba. No nos acaban de quedar muy claros los motivos de peso por los que Cécilia se aleja de un Nicolás que Durringer nos presenta como más desvalido en lo emocional que ella. Esta “guerra de los Roses” continúa, por cierto, hoy día con la publicación de libros a favor del uno y de la otra. Conclusión: a Durringer le interesa sobre todo el personaje, ese hombre real que ha llevado el timón de Francia los cinco últimos años. 

Pero la pregunta es qué interés puede tener un hombre como Nicolás Sarkozy, un político poco épico y que no ha protagonizado acontecimiento histórico relevante. No mucho, es cierto, para el espectador español ajeno a lo que este pequeño y acomplejado, pero corajudo hombre ha significado en la política francesa. En el contexto de una V República anquilosada y con elocuentes síntomas de decadencia, Sarko representaba un soplo de aire fresco frente a los muy senatoriales cuadros de la derecha francesa con un estilo kennedyano, pero autoritario, una falsa imagen de hombre hecho a sí mismo y que ascendió socialmente y unas propuestas políticas liberales que iban a dinamizar Francia y que se quedaron en casi nada. Parece, sin embargo, que su paso por el Elíseo va a ser fugaz, incapaz de revestirse de la solemnidad propia del cargo presidencial y devorado por su afán de protagonismo, su coqueteo con la jet, una proclividad a intervenir personalmente en cualquier asunto que salta a la palestra y algunos malos modos. Buenas virtudes para un candidato, malas para un padre de la patria.



Xavier Durringer es un hombre de teatro y se nota. El reparto y la caracterización son excelentes. Samuel Labarthe borda al refinado Dominique de Villepin, el gran rival de Sarko, y Denis Podalydès hace una recreación soberbia y admirable de Nicolas Sarkozy. Éste, que es el principal objetivo, se ha conseguido, el inconveniente de esta película es que la farsa se queda a medio gas, no llega a comedia, se queda en una descripción caricaturesca, pero tímida, que en aras de la verosimilitud no quiere exagerar lo ridículos que son los políticos. Durringer debería haberse soltado algo más el pelo para resultar más ágil y ganar en ritmo. Si los enredos de la política gala ya nos resultan algo lejanos, esta, creo que innecesaria contención, deja el resultado final en muy entretenido e interesante sin más. Eso sí, tras el recital de Podalydès nunca volverán a ver a Sarkozy con los mismos ojos.

     

sábado, 28 de abril de 2012

"Los vengadores", Joss Whedon, 2012.


Otra adaptación de un comic y a cada cual más difícil. Ahora le toca el turno a "Los vengadores" creados en 1963 por Stan Lee y Jack Kirby.
Durante estos años se han producido diversas películas de personajes de la Marvel "Hulk" (2008), "Iroman"(2008), "Capitán América" (2011), "Thor"(2011) con diferentes resultados. Y esta película es la continuación de todas las anteriores y más en especial de "Thor" ya que el malo de la película es el Dios Loki (Tom Hiddleston) que reúne un ejercito malévolo para vengarse de su hermano Thor que es el defensor de la tierra. Y lo que pretende Loki es empezar una guerra abriendo una puerta espacio temporal para que entre el ejercito por ese agujero. Debido a esto Nick Fury (Samuel L.Jackson) llama a todos los superhéroes que andaban sueltos por la tierra, dándole el nombre de vengadores.
La trama es simple. Una guerra entre un ejercito estelar y estos vengadores que estaban deámbulando por la tierra intentando olvidar lo que son.

Pero la idea no es fácil ya que no son realmente los vengadores fundadores u originales del grupo sino que se han cogido los personajes de los que se han realizado películas y se ha creado una trama con continuidad pensando en las anteriores películas. Aparecen Tony Stark/Ironman (genial Robert Downey), Bruce Banner/Hulk (atención a la transformación de Mark Ruffalo), Thor (Chris Hensworth), Steven Rogers/ Capitán América (Chris Evans). A estos se les unen la Viuda negra (Scarlett Johansson), y ojo de Halcón que ya aparecía en "Thor" (Jeremy Renner).
Para ser la primera película importante de Joss Whedon se maneja bastante bien. Crea unos primeros noventa minutos geniales, con grandes secuencias (las apariciones de Hulk, el combate entre Hulk y Thor, u Ojo de Halcón vs Viuda), y las apariciones del siempre genial Tony Stark ya que Iron Man pone el toque de humor en la historia. Puede que los personajes sean muy estereotipados y muy fijos como puede ser el del Capitán América o la Viuda Negra.
Pero todo está calculado milimétricamente, todos los personajes aparecen el tiempo que deben aparecer, dándole mayor presencia a veces a Ironman o a Hulk o al personaje que aparezca.
Como toda obra de teatro o película. Tiene un comienzo, nudo y desenlace. Y últimamente parece que solamente me gustan los comienzos.En esta ocasión el nudo o la trama es lo que está mejor realizado, ya que se maneja bastante bien mezclando esas diferentes líneas argumentales y no son tan confusas como en otras películas de superhéroes. Aunque la conclusión baje un poco el tono ya que se convierte en un espectáculo pirotécnico que nunca debe faltar en este tipo de películas. Lo bueno es que están bastante bien realizados esos efectos especiales y no te descentras de la historia como en otras películas. Aunque me gustaría que la película hubiera tenido más mala leche (a veces parece el equipo A...nadie muere). Solo muere el agente Coulson.

Una película palomitera, con mucha acción, con más sentido del humor que en anteriores películas que no saliera Tony Stark. Y que encima aparece Scarlett Johansonn haciendo de las suyas (sale encorsetada) como la viuda negra. Para mí gusto una de las mejores películas que se han realizado últimamente de superhéroes quitando las de Nolan y algunos X-Men.
Voy a destacar algunos aspectos positivos o que pueden gustar. No perderse los diálogos entre Stark o el Capitán América...los diálogos son super actuales, con un sentido del humor que hace referencias a otras películas (llamando Legolas a Ojo de Halcón). Y claro Hulk no lo podía olvidar....increíble la transformación (Oscar asegurado a los efectos especiales). Lo negativo: Exceso de acción y efectos al final de la película y que algunas veces los super-héroes se convierten en super-super-héroes con mucha suerte...pero para eso son super-héroes. Otra advertencia: Hay que aceptar las reglas del juego o de la película sino es difícil entrar.
También aparece la guapa Paltrow con su papel de florero como en "Ironman" y la voz de Jarvis es la de Paul Bettany como la de Hulk Lou Ferrigno.

By Gilbert Grape.

Ficha técnica:

Dirección: Joss Whedon.
Guión: Joss Whedon, Zack Penn.
Fotografía: Seamus McGarvey.
Montaje: Jeffrey Ford, Lisa Lassek.
Música: Alan Silvestri.
Interpretes: Robert Downey Jr (Tony Start), Chris Evans (Capitán América), Mark Ruffalo (Bruce Banner), Chris Hensworth (Thor), Scarlett Johansson (Viuda negra), Jereny Renner (Ojo de halcón), Tom Hiddleston (Loki), Clark Gregg (Phil Coulson), Stellan Skargard (Selvy), Samuel L.Jackson (Nick Fury).


jueves, 26 de abril de 2012

ALPS





F I C H A  T É C N I C A 
Título original: Alpeis
Dirección: Yorgos Lanthimos
Guión: Yorgos Lanthimos y Efthimis Filippou
Fotografía: Christos Voudouris
Montaje: Yorgos Mavropsaridis
Producción: Yorgos Lanthimos y Athina Rachel Tsangari
Intérpretes: Aris Servetalis, Johnny Vekris, Aggeliki Papoulia, Ariane Labed
Duración: 93 minutos

S I N O P S I S 
Una enfermera, un conductor de ambulancia, una gimnasta y su entrenador forman Alps, una compañía especializada en hacerse pasar por personas fallecidas. Una vez contratados por los propios familiares de los difuntos, los miembros de Alps, con su jefe, el conductor al que se conoce con el seudónimo de Mont Blanc, se encargan de representar las rutinas diarias de quienes han fallecido, para que a los suyos se les haga más llevadera la pérdida. Los suplantadores reciben unos altos honorarios a cambio de los cuales estudian hasta los más mínimos detalles de las vidas de las personas a las que suplen.


                                     C R Í T I C A


 “PROSTITUCIÓN DEL ALMA” por Vladimir Eisenstein.
En “Canino” Yorgos Lanthimos nos ofreció una inteligente revisión del mito de la caverna platónico. Ese film, pese a ser una alegoría, no carecía de intensidad dramática al incluir también un cruel retrato de las relaciones de dominación entre padres e hijos. Ahora con “Alps”, Lanthimos renuncia a planteamientos simbólicos para sumergirse a fondo sólo en las relaciones de dominación, en este caso encarnadas por un grupo formado por dos proxenetas y dos pupilas, pero cuidado no estamos hablando de comercio carnal. Si bien los dos hombres explotan como chulos el trabajo de las mujeres, éstas no venden su cuerpo -es más lo tienen prohibido-, sino su alma. Suplantan a difuntos, contratadas por sus familiares incapaces de soportar el vacío, la ausencia. No se les pide que interpreten, no son actrices, no se les exige el imposible de rencarnar a la persona perdida. Basta con que se disfracen y sigan unas rutinas de comportamiento, repitan frases características o gestos habituales. De nuevo Lanthimos nos muestra las relaciones humanas como más instrumentales y egoístas que psicológicas. Nos utilizamos unos a otros como si fuésemos objetos, pero aunque dependemos terriblemente de los demás, de esos objetos, lo importante es la posesión y la sensación de seguridad que nos transmite, más que una inconcebible comunicación. Desolador pesimismo.
 Los chulos, un conductor de ambulancia, que se autoproclama jefe, y un entrenador, tratan con crueldad y dureza a una enfermera y una gimnasta en una relación sado-masoquista que se aprovecha de la baja autoestima de ellas. Una se acabará plegando al juego, colonizada su mente, pero la otra intentará rebelarse, encontrar un punto de fuga imposible, trabajando por libre en las suplantaciones, buscando una hipotética o soñada nueva identidad. Pagará por ello. No hay libertad para el esclavo aunque consiga huir, el daño está hecho.

“Alps” es una película seca, dura, áspera para el espectador, poco gratificante. Contribuye a ello la peculiar dirección de actores de Yorgos Lanthimos nada naturalista, hierática. La emoción se transmite por la presencia o una gestualidad nada convencional. Consigue con ello un distanciamiento que evita la identificación y el desgarro, pero te deja indefenso ante los hechos, ante esos personajes que no son como tú, pero están tan desnudos como tú.
Puede que “Alps” no alcance los méritos de “Canino”. No es tan brillante e ingeniosa y se añoran aquellos toques de humor negro. Tampoco tiene su poder alegórico, pero profundiza en uno de los universos más personales e insustituibles del cine actual. Hay muchas películas y muy buenas, pero ninguna como las de este cineasta griego que sigue su propio y nada fácil camino. Esperemos que no se encierre demasiado con sus demonios personales y dirija su aguda mirada fuera de la caverna. Podría ser curioso. 
         

jueves, 19 de abril de 2012

TAKE SHELTER




F I C H A T É C N I C A

Dirección y guión: Jeff Nichols
Producción: Tyker Davidson, Sophia Lin
Fotografía: Adam Stone
Montaje: Parke Gregg
Vestuario: Karen Malecki
Música: David Wingo
Intérpretes: Michael Sannon, Jessica Chastain, Tova Stewart, Shea Whingham, Katy Mixon
Duración: 2 horas.

S I N O P S I S

Curtis LaForche vive en un pueblo de Ohio con su mujer, Samantha, y su hija de seis años, Hannah, que padece sordera. Curtis se gana la vida modestamente como capataz de una empresa minera de arena. Samantha trabaja de costurera en su casa y complementa los ingresos familiares vendiendo sus prendas hechas a mano en el mercadillo los fines de semana. No les sobra el dinero y costear la atención médica y educación especial de Hannah supone un esfuerzo. A pesar de ello, Curtis y Samantha forman una familia feliz. De pronto Curtis empieza a tener una serie de pesadillas aterradoras.




C R Í T I C A S

DEMONIOS EN EL JARDÍN (Por Cova)
Es tiempo de crisis. Las faldas se alargan, los labios se pintan de rojo y los mensajes apocalípticos y tal proliferan por todas partes y el cine no iba a ser menos: Melancolía (Lars Von Trier) El extraterrestre (Vigalondo), El árbol de la vida (Malick). Nichols se centra más en los demonios interiores, mucho más aterradores que los externos, mucho más difíciles de reconocer y, por lo tanto, de combatir, así que no se confíen.
A Curtis, un hombre de mediana edad, todo le va... Bien, dados los tiempos que corren. Buen trabajo, buen seguro médico, una casa, paga religiosamente sus facturas, su vida es apacible... Probablemente por todo eso, le entra el pánico. Poco a poco, se sumerge en sus terrores, que amenazan con devorarle a él y cuanto le rodea, espectador incluido. Magnífica la interpretación de Michael Shannon, con un físico que acompaña bastante, todo hay que decirlo, pero que encaja en un guión sólido y bien desarrollado, si bien el director “casi” la caga por no haber cortado un minuto y medio antes. Piensen que el final es una alegoría de estos tiempos tan amargos que amenazan con arrasarnos a todos y arreglado.
“FRAGILIDAD” por Vladimir Eisenstein
Curtis LaForche es un hombre frágil. Un modesto trabajador, un hombre introvertido y responsable que intenta sacar adelante a su familia y a su pequeña hija sordomuda. Quizás se preocupa demasiado, quizás el problema de su niña ha sido el desencadenante que ha incrementado sus temores, su miedo al futuro. El hecho es que cada vez está más angustiado, ve malos augurios en el cielo, tiene pesadillas, sufre ataques de ansiedad…
Jeff Nichols nos describe en “Take Shelter” con extraordinaria delicadeza y detalle, con admirable graduación, cómo evoluciona este personaje, cómo se va obsesionando por proteger a los suyos. Siente que les acechan amenazas por doquier, que algo malo les va a ocurrir. Su comportamiento comienza a alterarse y se alarma porque no sabe si se está volviendo loco. Hay antecedentes familiares: su madre está internada por esquizofrenia. Su desequilibrio va aumentando, la obsesión le posee y sus actos irracionales provocan que le ocurran desgracias. Es la profecía autocumplida.
Todos somos frágiles, nadie está a salvo, nuestras vidas penden de un hilo. Un accidente, una enfermedad, un golpe de fortuna no son tan improbables y de un día para otro podemos perder el trabajo, nuestros bienes, un ser querido. Nada es seguro, por eso seguir adelante requiere un cierto grado de inconsciencia y de autoengaño, pero Curtis es dolorosamente consciente y esa conciencia es anormal y mientras más aguda, más irracional. Se empeña en ampliar y reformar insensatamente el vetusto refugio contra tornados del jardín.
Michael Shannon, un actor de rostro difícil, interpreta con pulso y contención tan arriesgado personaje y la extraordinaria Jessica Chastain le da adecuada réplica como su decidida mujer. Jeff Nichols recurre a una estética y una atmósfera deudoras de Terrence Malick, pero sin la grandiosidad estética de éste ni tampoco su grandilocuencia, por suerte. Es más terráqueo, menos bíblico.
Take Shelter” puede ser vista como una metáfora de estos tiempos de incertidumbre en que todos, especialmente los trabajadores, sufren la crisis económica, tienen miedo y esos trabajos, educación, atención sanitaria y pensiones que parecían seguros, sobre todo en la inamovible Europa, corren peligro. El Estado ahora amenaza, no protege. Esta metáfora social no está explícita en el film, ni tampoco, como algunos han afirmado, la amenaza de un apocalipsis que, como mucho, sólo existe en su versión de gran tornado local dentro de la mente de Curtis.
Es cierto que el final sí abona la tesis de película apocalíptica, pero precisamente ese final no es muy acorde con lo que hasta el momento ha sido sólo el retrato psicológico de una mente atormentada. Es un final grosero que empaña el trazo fino usado hasta ese instante y ante el que dan ganas de recurrir a la castiza expresión de “me joden los profetas”. Un pequeño borrón que en cualquier caso apenas ensucia esta excelente película.

jueves, 12 de abril de 2012

GRUPO 7 (Alberto Rodríguez)




F I C H A T É C N I C A
Dirección: Alberto Rodríguez
Guion: Rafael Cobos
Producción: José Antonio Félez y Gervasio Iglesias
Música: Julio de la Rosa
Fotografía: Alex Catalán
Montaje: José M. G. Moyano
Dirección artística: Pepe Domínguez
Vestuario: Fernando García
Intérpretes: Antonio de la Torre, Mario Casas, José Manuel Poga, Joaquín Núñez, Inma Cuesta, Julián Villagrán, Estefanía de los Santos, Alfonso Sánchez, Carlos Olalla, Lucía Guerrero.
Duración: 95 minutos

S I N O P S I S
Para el grupo 7 de la policía sevillana no existe la delgada línea que separa los recursos poco éticos de los abiertamente ilegales, todo vale. El grupo lo componen: Ángel (Mario Casas), un joven aspirante a inspector, inteligente y compasivo; Rafael (Antonio de la Torre), un policía expeditivo, contundente y arrogante; y Miguel (José Manu
el Poga) y Mateo (Joaquín Núñez), los socarrones del grupo, capaces de ser brutales, pero también de inesperadas muestras de ternura. Entre Ángel y Rafael surgirá una extraña comprensión y terminarán pareciéndose el uno al otro más de lo que hubieran imaginado nunca. Ángel transita, cada vez con más soltura, por el camino de la ambición, mientras que algo en el interior de Rafael se transforma gracias al amor inesperado de la bella Lucía.



C R Í T I C A

“PASIÓN DE CENTURIONES” por Vladimir Eisenstein
Alberto Rodríguez es un director poderoso, con gran fuerza visual. Incluso en una película fallida como era “After”, su habilidad para conseguir eso tan difícil con una cámara que es crear ambiente, era innegable. Ahora, con “Grupo 7”, regresa a Sevilla y sus barrios que ya había descrito con gran veracidad en “7 vírgenes”, superando el resultado de ésta y firmando su mejor película hasta el momento gracias a un relato vibrante y a un excelente reparto. La lucha contra el menudeo de droga callejero en la ciudad andaluza está descrita aquí desde el punto de vista de los policías con intensidad y realismo. Y no se escucha a Camarón ni suena una guitarra española, se agradece.
Estamos en 1992, el año de los fastos de la Expo, y hay que limpiar la ciudad de pequeña delincuencia para que no aparezca en el escaparate esa fea realidad y los políticos puedan presumir con electoral orgullo, mientras la gran delincuencia, la de cuello blanco, saquea el erario público con oneroso despilfarro. A tal fin, el grupo 7 destacará por su eficacia, basada en heterodoxos métodos –según la película- al principio y, ya embalados, hasta ilegales y corruptos al final. El problema es que les ha perdido el entusiasmo, la impunidad y las palmadas en la espalda de sus superiores y han acabado saliéndose de las reglas del juego con pésimas consecuencias. Ya se sabe que los gobernantes utilizan a sus centuriones –la policía- para el trabajo sucio, rentabilizan sus éxitos y luego los aparcan cuando se vuelven díscolos o ya no son necesarios.
Alberto Rodríguez ha elegido a cuatro variopintos actores para encarnar ese “grupo salvaje”. Los dirige además con eficacia y ni siquiera el guapo Mario Casas desentona. Ni qué decir que el guión es impecable con unos secos diálogos muy naturales y unos excelentes personajes de trazo muy expresivo. Las vidas paralelas de Rafael (Antonio de la Torre), el curtido y amargado veterano, y Ángel (Mario Casas), el novato, contrastan y el desarrollo de su relación sostiene el relato eludiendo lo previsible. Esta relación es, sin duda, el gran acierto de la película. y el rencuentro final entre los dos protagonistas, que pone epílogo al film, es un momento cinematográfico sutil, emotivo y grande. Joaquín Núñez y José Manuel Poga, por su parte, son todo un descubrimiento, dos secundarios de lujo. Habrá películas más importantes, pero me atrevo a afirmar que “Grupo 7” es la película española más sólida que hayamos visto esta temporada, por su verosimilitud y credibilidad, dos asignaturas en la que los envarados cineastas españoles suelen suspender.

miércoles, 11 de abril de 2012

Gervasio Sánchez: vida, pero sobre todo obra



Es de los pocos fotógrafos españoles que no necesitan presentación. Sus fotografías son su tarjeta de visita y su interminable lista de premios recibidos, su currículo. Gervasio Sánchez completa ahora el ciclo que inició en 2009, cuando recibió el Premio Nacional de Fotografía, con una exposición retrospectiva en la que el gobierno español le pone la guinda a un galardón más que merecido.
Madrid. Eduardo Parra.- Bajo el título "Antología. Gervasio Sánchez" se esconde un fascinante recorrido en 148 fotografías por la trayectoria de uno de los fotoperiodistas más respetados de España. Inaugurada a principios de marzo en las antiguas instalaciones madrileñas de Tabacalera, la exposición no sólo rescata algunas de las instantáneas más conocidas del fotógrafo cordobés, sino que también incluye varias obras inéditas.

Es un homenaje a "un legado de enorme valor histórico y documental", en palabras de la comisaria Sandra Balsells. La muestra, organizada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, supone el broche de oro al Premio Nacional de Fotografía que Gervasio Sánchez recibió hace tres años.





La exposición se divide en cinco secciones ordenadas de forma cronológica pero solapadas temporalmente entre sí. "América Latina (1984-1992)" se corresponde con los inicios autodidactas del fotógrafo, que aprendió en la calle y observando el trabajo de compañeros de profesión ya consolidados. Todas las fotografías de este primer bloque son en color (la mayoría inéditas) y dan cuenta de sus reportajes en El Salvador, Guatemala, Panamá o el Chile de Pinochet.




La segunda parte, "Balcanes (1991-1999)", retrata el fin de Yugoslavia. Gervasio Sánchez logra aquí vivir económicamente de sus reportajes, invirtiendo buena parte de la última década del milenio en cubrir la guerra serbo-croata y el asedio de la capital bosnia de Sarajevo (de donde nacería el libro "El cerco de Sarajevo"), entre otras calamidades.





En esta época, Sánchez comienza a desligar su trabajo del fotoperiodismo puro y duro, mostrando un interés más personal por los protagonistas de sus fotografías. Algo que le lleva a investigar los dramas de las minas antipersona y de los desparecidos en mitad de una guerra.


"África (1994-2004)" es el título del tercer bloque. Durante sus viajes al continente negro por países como Ruanda, El Congo o Sudán, el fotoperiodista es testigo de genocidios, hambrunas e interminables ríos de refugiados. Poner el foco de la atención mediática en la tragedia de las mutilaciones y los niños soldado de Sierra Leona será un empeño particular de Sánchez en esta época.
















"Vidas Minadas (1995-2007)" recoge el testigo de las vivencias del fotógrafo en los conflictos europeos. Utilizando únicamente el blanco y negro, esta parte de la exposición toma prestado el nombre de uno de los proyectos más conocidos de Gervasio Sánchez para recoger los devastadores efectos de las minas antipersona, que no distinguen entre sexo, edad o nacionalidad de quien se encuentra con ellas. Lejos de quedarse en la parte más morbosa de la historia, estas fotografías también reflejan el tortuoso camino de la recuperación de los heridos o la vida de los afectados con una prótesis en su cuerpo.



"Desaparecidos (1998-2010)" es el nombre del último compendio fotográfico de la muestra y se refiere a otro gran proyecto documental del fotoperiodista cordobés, centrado en las personas desaparecidas durante guerras y dictaduras. Un trabajo que, a pesar de lo que indican los años destacados en el nombre de esta parte de la exposición, ha formado parte de la vida profesional del fotógrafo prácticamente desde sus comienzos.





Al margen de estos cinco bloques, la colección también incluye seis vídeos y un centenar de retratos firmados por el propio Gervasio Sánchez. En estos últimos, distribuidos en ocho murales, tienen cabida personas que han protagonizado la vida profesional del fotógrafo, desde niños soldado hasta familiares de los desaparecidos. La colección, abierta de martes a domingo, es de entrada gratuita y permanecerá en Madrid hasta el próximo 10 de junio.

Más información acerca de esta noticia:

- Información del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte sobre la exposición

Fuente: http://www.quesabesde.com

martes, 3 de abril de 2012

LAS MALAS HIERBAS (Alain Resnais)



F I C H A T É C N I C A
Título original: "Les herbes folles"
Año de producción: 2009
Dirección: Alain Resnais
Guión: Alex Réval y Laurent Herbiet
basado en la novela "L´incident" de Christian Gailly
Fotografía: Eric Gautier
Montaje: Hervé de Luze
Música: Mark Snow
Producción: Jean-Louis Livi
Intérpretes: André Dussollier, Sabine Azéma, Mathieu Amalric, Anne Consigny, Emmanuelle Devos, Michel Vuillermoz, Sara Forestier, Nicolas Duvauchelle.
Duración: 104 minutos

SINOPSIS
Una cartera robada y luego hallada abre las puertas a un peculiar romance entre George y Marguerite. Después de curiosear los documentos de identidad de su dueña, no es fácil para George devolver a la policía la cartera roja que encontró. Y tampoco puede Marguerite recuperar su cartera sin sentir una cierta curiosidad por el hombre que la halló.



C R Í T I C A
“CABRAS LOCAS” por Vladimir Eisenstein
Pocas veces me he sentido tan perplejo al salir del cine como tras el visionado de “Malas hierbas” de Alain Resnais o, por decirlo más claramente, pocas veces se me ha quedado tanta cara de idiota. Quiero suponer que es una película que requiere una complicidad a la que yo soy ajeno. Y el caso es que “Malas hierbas” (imprecisa traducción de “Herbes folles”) comienza muy agradablemente. Tienes la sensación de que el venerable Resnais aún disfruta haciendo cine y que te va a contar una liviana, sensual y encantadora historia de enredo. Algunos acentos psicopáticos del personaje protagonista (esa admirable presencia de André Dussollier) añaden además algo de pimienta y todo parece ir bien encaminado. Un agradable margen de incertidumbre sobre qué ocurrirá te mantiene atento y, cuando los protagonistas comienzan a desconcertarte, la intriga sobre sus motivaciones e intenciones finales aumenta, ya que supones que la resolución explicará todo, aunque ya empiezas a tener cierta sensación de que “cuando el diablo se aburre, mata moscas con el rabo”, entendiendo por diablo a esos insustanciales burgueses que deambulan por la pantalla buscando imaginarios enamoramientos para rellenar su hastío vital, incluyendo hasta al egregio Resnais en el saco. Eso sí, por respeto al maestro, crees percibir una agradable ironía, aunque no llegue al sarcasmo chabroliano.
Pues no, para nada, ingenuo y bien intencionado espectador. Los comportamientos imprevisibles se disparan y todos los personajes, no sólo la pareja central, comienzan a comportarse como cabras locas. Es lo que la crítica incondicional describe como “ejercicio de libérrima irreverencia del maestro francés” y a ti simplemente te parece un desmadre. Te desesperas buscando explicaciones a lo que ocurre en la pantalla y no porque uno sea un cabeza cuadrada, sino porque en absoluto Resnais te ha puesto en antecedentes de que esto sea una alocada comedia, una clásica “screwball”. No es ese el ritmo de la narración ni los personajes se ajustan a ese género, con lo que te quedas estupefacto. Puedes contarme ésto, pero no así, porque no se entiende.
Puede que, si tras la escena del salón, hubiese aparecido la palabra fin, la película aún te habría parecido curiosa, una gran broma sin más, pero no, Resnais tiene que rizar el rizo y se lanza a tumba abierta en un vuelo final en el que ya te sientes burlado. La libertad creativa no consiste en hacer lo que te de la gana. Tienes que jugar con el espectador, no a su costa. Yo, al menos, no alcanzo a percibir joie de vivre y acabo detestando a esos maduros y acomodados burgueses que sí, son malas hierbas, más que locas, por su estúpida forma de jugar con los sentimientos ajenos. Si así han envejecido los jovenzuelos de la nouvelle vague es que no han aprendido nada y su airada inmadurez a los sesenta años ya no resulta dadaísta, sino patética. No pinta nada un abuelo en un botellón y no percibo ese distanciamiento crítico por ningún lado, aunque, maldita sea, la secuencia que pone el epílogo es absolutamente genial: “Mamá, ¿cuándo sea un gato podré comer croquetas?”.