10 directores de fotografía que han dejado
huella en el cine
Injustamente
olvidados en infinidad de ocasiones, los directores de fotografía (también
llamados operadores u operadores jefe) tienen una gran responsabilidad en el
resultado final de las películas. No en vano, son los responsables de convertir
en imágenes aquello que en ocasiones tan sólo existe en la mente de un director
o está dibujado en un "storyboard". La obra de grandes y reconocidos
cineastas jamás hubiera sido igual de no haberse cruzado en su camino alguno de
estos diez artesanos de la luz.
Néstor Almendros
Nacido en
Barcelona en 1930 pero ciudadano cubano desde 1948, Néstor Almendros desarrolló
gran parte de su carrera en Francia rodando con los mejores directores de la
"Nouvelle Vague" y alcanzó la fama internacional gracias a su
fascinante labor en "Días de cielo" ("Days of Heaven",
1978), de Terence Malick, trabajo por el que ganó un Oscar.
Almendros siempre se declaró un amante de la
fotografía realista y sin artificios, capaz de representar la realidad de forma
casi documental pero sin perder jamás su vertiente expresiva. En "Días de
cielo" rodó gran parte de las secuencias en la llamada hora mágica, usando
fuentes de luz natural y concediendo gran protagonismo al paisaje y los
espacios abiertos. Pintores realistas norteamericanos como Edward Hopper o
Andrew Wyeth fueron su fuente de inspiración.
"Days of Heaven"
Vittorio
Storaro
Profuso investigador y gran amante de la
experimentación y las innovaciones técnicas, Vittorio Storaro es sin duda uno
de los directores de fotografía más influyentes y originales del panorama
cinematográfico. Entre sus colaboraciones con Bernardo Bertolucci y más
recientemente con Carlos Saura, se encuentran algunas de sus películas más
importantes.
Aunque probablemente su trabajo en
"Apocalipsis Now" ("Apocalypse Now", 1979) de Francis Ford
Coppola sea el más recordado de su carrera. En un rodaje que fue una auténtica
pesadilla, Storaro ilustra el descenso al infierno de la guerra desplegando una
variedad de recursos técnicos y estilísticos que van desde el naturalismo de
las escenas bélicas hasta el expresionismo de las apariciones del temible
coronel Kurtz.
Gordon
Willis
Su participación en la trilogía de "El
padrino" ("The Godfather", 1972) es ya un motivo más que
suficiente para incluir a Gordon Willis entre los artistas más importantes del
séptimo arte. Y es que este neoyorquino es uno de los principales artífices de
la revolución estética que sufrió el cine norteamericano en los años 70. Los
contraluces, la tendencia a la subexposición y el absoluto domino de la
fotografía en blanco y negro son algunos de los rasgos de su reconocible
estilo.
"Manhattan"
Gregg Toland
Muchas de
las revoluciones técnicas y estéticas que trajo consigo "Ciudadano
Kane" ("Citizen Kane", 1941) de Orson Welles son obra del
director de fotografía Gregg Toland. Y es que, además de su faceta de inventor
y su conocida afición por las innovaciones tecnológicas, Toland exploró como
nadie y antes que nadie las posibilidades expresivas y narrativas de la luz e
introdujo nuevos puntos de vista y encuadres nunca vistos en el cine de la
época.
“Ciudadano
Kane" es, plano por plano, un perfecto compendio de todo lo que Toland
aportó al cine. Su fotografía, cargada de sombras y luces imposibles, sigue
siendo a día de hoy una de las más bellas de la historia de la gran pantalla.
Un claro ejemplo de todo esto podemos encontrarlo
en "Manhattan" ("Manhattan", 1979), una de sus muchas
colaboraciones con Woody Allen, en la que retrató magistralmente la vida en la
legendaria ciudad de los rascacielos.
Roger Deakins
Colaborador fijo de los hermanos Cohen y uno de los artífices del
reconocible estilo de sus películas, Roger Deakins es un auténtico peso pesado
de la dirección de fotografía gracias a películas tan veneradas como
"Barton Fink" ("Barton Fink", 1991), "Cadena
perpetua" ("The Shawshank Redemption", 1994) o "El hombre
que nunca estuvo allí" ("The Man Who Wasn't There", 2001).
Aunque resulta difícil escoger una sola película de alguien que ha cosechado
ni más ni menos que siete nominaciones a los Oscar, su trabajo en
"Fargo" ("Fargo", 1996) merece un puesto especial en su
carrera. En ella, Deakins rompe con los recursos habituales del cine negro y
compone una fotografía gélida y cristalina en la que el blanco de la nieve de
Minnesota inunda algunas de las secuencias más memorables del film.
"Fargo"
John Alcott
Muerto prematuramente a los 54 años
de edad, la carrera cinematográfica de John Alcott será recordada especialmente
por sus cuatro fantásticas colaboraciones con Stanley Kubrick en "2001:
Una odisea del espacio" ("2001: A Space Odyssey", 1968),
"La naranja mecánica" ("A Clockwork Orange", 1971),
"Barry Lyndon" ("Barry Lyndon", 1975) y "El
resplandor" ("The Shining", 1980).
De todas ellas destaca por méritos propios "Barry Lyndon", un
indiscutible prodigio técnico y un ejemplo paradigmático de la influencia de la
pintura en el cine y la fotografía. Usando objetivos de satélite con aberturas
de diafragma imposibles e iluminando buena parte de las tomas únicamente con
velas, Alcott consigue recrear en este maravilloso film de época auténticos
lienzos inspirados en las pinturas de Jan Vermeer o Rembrandt.
"Barry Lyndon"
John Toll
No sólo de cine viven los directores de fotografía. Tal es el caso de John
Toll, que tras conseguir dos Oscar consecutivos por "Leyendas de
pasión" ("Legends of the Fall", 1994) y "Braveheart"
("Braveheart", 1995) y deslumbrar con la fotografía de "La
delgada línea roja" ("The Thin Red Line" 1998), se hizo cargo
del episodio piloto de la estupenda ficción televisiva "Breaking
Bad".
Rodada en el Estado de Nuevo México, buena parte de sus secuencias se
desarrollan en los vastos desiertos de esta zona fronteriza de Estados Unidos.
Los cielos infinitos y las cálidas paletas de color escogidas por Toll han
marcado el camino a seguir para los posteriores directores de fotografía de la
serie como Reynaldo Villalobos o Michael Slovis.
"Breaking Bad"
Christopher Doyle
Nacido en Sídney en 1952, Christopher Doyle ha desarrollado gran parte de su
carrera en el cine asiático, donde ha podido dar rienda suelta a su pasión por
la experimentación y la búsqueda de nuevas vías de expresión. Los encuadres
nerviosos e imprevisibles, los fuertes contrastes cromáticos y las texturas
resaltadas son algunas de las constantes de su innovador estilo.
Buena muestra de ello es su trabajo en el estupendo drama "Deseando
amar" ("Fa yeung nin wa", 2000), el sexto largometraje de su
fructífera relación con el director hongkonés Wong Kar-wai.
"Fa yeung nin wa"
Sven Nykvist
La carrera de Sven Nykvist está estrechamente ligada a la de su compatriota
y director Ingmar Bergman. Junto a él realizó 17 largometrajes, entre los que
se encuentran algunas de las películas más aclamadas del séptimo arte. Famoso
por su meticulosidad y su predilección por la intuición sobre la técnica,
Nykvist apostó toda su vida por la iluminación natural, sobria y liberada de
artificios.
En "Persona" ("Persona", 1966), de Ingmar Bergman,
desplegó todas las constantes de su estilo para rodar los introspectivos
primeros planos que pueblan todo el metraje de esta imprescindible obra
cinematográfica.
"Persona"
Ron Fricke
Ahora que podemos encontrar secuencias "time-lapse"
hasta en la sopa, merece la pena reivindicar la figura de Ron Fricke, un
peculiar cineasta y fotógrafo norteamericano que popularizó esta técnica a
principios de los 90 con su documental metafísico "Baraka"
("Baraka", 1992).
Filmado en más de una veintena de países y con una película especial de 70
milímetros, "Baraka" trata de explicar la evolución del ser humano y
su relación con la naturaleza de manera enteramente visual, dejando a un lado
las palabras. Cada fotograma de esta película de culto es una perfecta y
admirable fotografía.
Fragmento de la película "Baraka" alojado en YouTube que lamentablemente
no hace justicia a la enorme calidad de imagen que atesora este film.
Sirva como pequeña muestra de una obra que debería ser disfrutada en
mejores condiciones.