miércoles, 27 de abril de 2011

POTICHE (François Ozon)





Título original: Potiche.
País: Francia. 
Año: 2010.
Dirección :François Ozon.  
Guion: François Ozon; adaptación libre de la obra de Pierre Barillet y Jean-Pierre Grédy.
Género: Comedia.
Interpretación: Catherine Deneuve (Suzanne Pujol), Gérard Depardieu (Maurice Babin), Fabrice Luchini (Robert Pujol), Karin Viard (Nadège), Judith Godrèche (Joëlle), Jérémie Renier (Laurent Pujol), Sergi López (camionero español).Ayte. Dirección: Hubert Barbin
Fotografía: Yorick Le Saux.
Montaje: Laure Gardette.
Música: Philippe Rombi.
Sonido: Pascal JasmesDirección artística: Katia Wyszkop.
Vestuario: Pascaline Chavanne.
Producción: Éric Altmeyer y Nicolas Altmayer.
Distribuidora: Alta Classics.
Duración: 103 min.
Estreno en Francia: 10 Noviembre 2010.
Estreno en España: 25 Marzo 2011.


ARGUMENTO




“¿UNA PELICULA FRANCESA? ¡¡PERO SI NO HE HECHO NADA MALO!!” (Por Cova)


Potiche es una única palabra, un único término deliciosamente adecuado, exacto y preciso para designar a las mujeres florero. Como voz francesa que se precie de serlo, se pronuncia frunciendo los morritos, suavizando la “che” castellana hasta convertirla en un “shhhhh”, un susurro donde apenas se nota la “e” final, hasta simular que se está mandando un sugerente beso a alguien no muy lejano. Una maravilla, ya digo. Desde que he visto la película, no dejo de pensar en ese título y lo balbuceo en sueños.

Hablando de la película: no tengo muy claro si el director pretendía hacer una comedia sobre los años 70, una caricatura de los años 70, un fistro feminista o una comedia nostálgico-caricaturesca de los años 70 y del feminismo, pero el resultado es una película llena de tópicos facilones, de situaciones trasnochadas y de ambientes kitsch, que parece que le encantan pues ya nos deleitó con ellos en “8 mujeres” , y en este caso, lo que es peor, mortalmente aburridas. Me faltan palabras para describir el operaciontriunfalista final.Así que ya saben: Si les entran unas ganas irresistibles de ver esta película, pónganse el termómetro y avisen al doctor. Es un sarampión.




MALDITA LA GRACIA por Vladimir Eisenstein

En 1985 Fernando Trueba rodó “Sé infiel y no mires con quién”, versióncinematográfica de un añejo (1967) vodevil de éxito. No se entendía la necesidad, más allá de la taquilla, pero el resultado fue grato y entretenido, porque el texto original con sus enredos seguía siendo divertido pese a los años transcurridos. François Ozon ha intentado algo parecido ahora con “Potiche”, una obra teatral de 1980, y en este caso el fracaso es mayúsculo, porque, aparte de que tampoco se entienda a cuento de qué viene esta adaptación, resulta que la gracia de la farsa original parece bastante poca. Hay poco enredo, por no decir ninguno, y Deneuve y Depardieu no están ya para estos trotes. Interpretan con una falta de agilidad y reflejos asombrosa y se nota que no disfrutan del papel, limitándose a servir de gancho para la taquilla. Deneuve siempre ha sido un poco rígida y Depardieu pasa descaradamente. Cualquiera de los secundarios, en especial Karin Viard, la secretaria, se desenvuelve con más soltura que ellos. Si en una comedia fallan los protagonistas, mal vamos, porque Ozon consigue mantener el ritmo al principio, pero luego decae falto de sustancia argumental. Para mayor inri, esta obra pretende ser algo más que una frivolidad y quiere transmitir cierta crítica del papel asignado a muchas mujeres: el de “potiche” o mujer florero al que alude el título. Hay pues una reivindicación feminista bastante superficial y que a estas alturas está más caducada que un yogur del siglo XX. Esta intención reivindicativa echa el freno a lo que debía haber sido una comedia algo más alocada. Supongo que la parodia del ambiente de una ciudad de provincias en la Francia profunda de finales de los setenta estará muy conseguida. Es posible, pero desde luego que su interés más allá de los Pirineos es muy escaso. No dudo que para el público francés de clase media esta cursi nadería pueda resultar para partirse de risa. Yo no he podido pasar más allá de una amable y compasiva sonrisa en pocos instantes y he sentido vergüenza ajena en muchos, sobre todo en la interpretación del número musical a cargo de la gélida Catherine que, aunque es verdad que se esfuerza en dar matices, no consigue nunca convencernos de que es una actriz de comedia.


Saint -Gudele, Norte de Francia, 1977. Suzanne es una mujer consagrada a su hogar y su familia, casada con ell acomodado industrial Robert Pujol. Robert dirige con mano de hierro su fábrica de paraguas y tiene un comportamiento desagradable y déspota tanto con los obreros como con sus hijos y con Suzanne, a la que considera tan sólo una mujer florero. Después de una huelga y del secuestro de su marido, ella tiene que asumir la dirección de la e
mpresa y, para sorpresa de todos, se revela como una mujer inteligente, capacitada y decidida. Pero cuando Robert vuelve a casa, en plena forma después de una cura de reposo, la situación se complica

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