Rafael S. Maroto
Título original: Ida (Sister of Mercy)
Año: 2013
Duración: 80 min.
País: Polonia
Director: Pawel Pawlikowski
Guión: Pawel Pawlikowski, Rebecca Lenkiewicz
Música: Kristian Selin Eidnes Andersen
Fotografía: Lukasz Zal, Ryszard Lenczewski (B&W)
Reparto: Agata Kulesza, Agata Trzebuchowska, Joanna Kulig, Dawid Ogrodnik, Jerzy Trela, Adam Szyszkowski, Artur Janusiak, Halina Skoczynska, Mariusz Jakus
Productora: Coproducción Polonia-Italia-Dinamarca; Opus Film / Phoenix Film
Género: Drama | Años 60. Religión. Familia. Nazismo
Premios:
2014: Premios Oscar: Mejor película de habla no inglesa. Nominada mejor fotografía
2014: 5 Premios del Cine Europeo, incluyendo mejor película, director y guión
2014: Globos de Oro: Nominada a mejor película de habla no inglesa
2014: Premios BAFTA: Mejor película de habla no inglesa
2014: Premios Goya: Mejor película europea
2014: Premios Guldbagge: Nominada a Mejor película extranjera
2014: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor película extranjera
2014: Críticos de Los Angeles: Mejor film extranjero y actriz sec. (Kulesza)
2014: Independent Spirit Awards: Mejor película extranjera
2014: Satellite Awards: Nominada a Mejor película extranjera
2014: Critics Choice Awards: Nominada a Mejor película de habla no inglesa
2014: Críticos de Chicago: 4 nominaciones incuyendo Mejor película extranjera
2013: Premios David di Donatello: Nominada a mejor película europea
2013: Festival de Toronto: Premio FIPRESCI (Special Presentations)
2013: Festival de Gijón: Mejor película, actriz (Kulesza), guión, dir. artística
2013: Festival de Londres: Mejor película
2013: Festival de Varsovia: Mejor película
Título original: Ida (Sister of Mercy)
Año: 2013
Duración: 80 min.
País: Polonia
Director: Pawel Pawlikowski
Guión: Pawel Pawlikowski, Rebecca Lenkiewicz
Música: Kristian Selin Eidnes Andersen
Fotografía: Lukasz Zal, Ryszard Lenczewski (B&W)
Reparto: Agata Kulesza, Agata Trzebuchowska, Joanna Kulig, Dawid Ogrodnik, Jerzy Trela, Adam Szyszkowski, Artur Janusiak, Halina Skoczynska, Mariusz Jakus
Productora: Coproducción Polonia-Italia-Dinamarca; Opus Film / Phoenix Film
Género: Drama | Años 60. Religión. Familia. Nazismo
Sinopsis:
Polonia, 1960. Anna (Agata Trzebuchowska), una joven novicia huérfana que está a punto de hacerse monja, descubre que tiene un pariente vivo: una hermana de su madre, pero que no quiso hacerse cargo de ella de niña. La madre superiora obliga entonces a Anna a que visite a su tía antes de tomar los hábitos. La joven conoce entonces a Wanda (Agata Kulesza), una jueza desencantada y alcohólica antigua fiscal del estado, que cuenta a su sobrina que su verdadero nombre es Ida Lebenstein, que es judía y que el trágico destino de su familia se remonta a la terrible época de la ocupación nazi. (FILMAFFINITY)
2014: Premios Oscar: Mejor película de habla no inglesa. Nominada mejor fotografía
2014: 5 Premios del Cine Europeo, incluyendo mejor película, director y guión
2014: Globos de Oro: Nominada a mejor película de habla no inglesa
2014: Premios BAFTA: Mejor película de habla no inglesa
2014: Premios Goya: Mejor película europea
2014: Premios Guldbagge: Nominada a Mejor película extranjera
2014: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor película extranjera
2014: Críticos de Los Angeles: Mejor film extranjero y actriz sec. (Kulesza)
2014: Independent Spirit Awards: Mejor película extranjera
2014: Satellite Awards: Nominada a Mejor película extranjera
2014: Critics Choice Awards: Nominada a Mejor película de habla no inglesa
2014: Críticos de Chicago: 4 nominaciones incuyendo Mejor película extranjera
2013: Premios David di Donatello: Nominada a mejor película europea
2013: Festival de Toronto: Premio FIPRESCI (Special Presentations)
2013: Festival de Gijón: Mejor película, actriz (Kulesza), guión, dir. artística
2013: Festival de Londres: Mejor película
2013: Festival de Varsovia: Mejor película
LA BELLEZA EN BLANCO Y
NEGRO
IDA
Cualquier ciudad del
mundo, aunque sea verano, parece más fría en blanco y negro.
Si la película hubiera
llegado a ser en color, la nieve hubiera hecho más contraste contra los
edificios y los árboles. Nos hubieran dejado todo el invierno en las pupilas,
pero no nos habría calado el agua hasta los huesos. Así parece el viento más
helado, dejándonos entrar en la intimidad de Ida, en el refugio de su convento.
Nos convence de que el mundo que desconocía, ahora que lo conoce no la
convence, y con su poca experiencia y sopesando el futuro, que no el presente,
adivina su lugar en la tierra cuando sin saber de la existencia de un familiar
que no la reclama, tiene que forzar su encuentro por consejo de la Madre
Superiora antes de confirmarse monja.
Con su tía Wanda
descubre el pasado trágico de la familia, de sus padres a manos de los nazis,
entre las sombras negras de un bosque lúgubre, cerca, muy cerca de lo que un
día fuera su casa, una propiedad que sacrifican a cambio de la paz que provoca
el olvido.
Junto con su tía Wanda,
entierran sus penas sin completar su amistad. Un viaje tragando humo y
acompañada de las consecuencias que provoca el vodka, no acaba de persuadirla con
ese sentido agresivo de interpretar la libertad; soñando con su particular
paraíso, sigue desde la oración hacia sí misma, hacia el espectáculo magnífico
que provoca la comunidad en sus brevedades, el mutismo que sólo rompen las
cucharas contra los platos mientras sienten el calor en sus estómagos,
conservando la seguridad de la Fe en una parte tan amplia de su mente, que ni
el frío más intenso podría arrebatarle su rigurosa decisión, a pesar de haber
sentido el calor de un cuerpo joven y bello fundiéndose con su piel. Un artista
que se alimenta de música y estímulos nocturnos, un hombre que además de placer
le provoca un gran desconcierto, unos titubeos sentimentales que acaban
pesándole toneladas de indecisiones, y sin recompensa por la vida que describe
el amante en la brevedad que dura un cigarro, la balanza se inclina por
instinto hacia el afecto espiritual, un amor distinto y lleno de sensaciones. Siente
que la pasión terrenal recién descubierta, pueda marchitarse como el humo del
cigarrillo de su compañero, o como el alma de su tía, a través de la ventana
que lleva al cielo o al infierno, ella no es nadie para adivinar el desconsuelo,
pero sabe lo que quiere y hace lo que siente. La vida aunque sea en blanco y
negro, vale la pena vivirla cuando sabemos escoger cada paso que damos. Ida
presiente que la oferta de vivirla en colores, no llegaría a conquistar el grado
de felicidad que ya conoce entre las paredes del convento. En realidad, con su
fórmula dedicada a la paz interior, nunca estará vacía. Desde el alimento de la
oración se llena de esperanza, y es exclusivamente eso lo que lleva en la
maleta de regreso. Su tía Wanda no acierta exactamente con la fórmula que pudiera
convencer a su sobrina para quitarse el hábito, a pesar de añadirle una pizca de picante y vodka a sus
improvisados días grises.
Volver como lo hace Ida
en ésta maravilla de blanco y negro, no
simboliza una derrota, ni siquiera un volverlo a intentar, es seguir con más confianza
hacia lo que cada ser humano busca, y ella parece haberlo encontrado por la
manera de observar sus pasos tan decididos. Plena de confianza y con la fuerza
que incitan los dieciocho años, se dirige con nombre propio, por un camino de
árboles, hacia su destino, el gran refugio de su soledad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en enCINErados