lunes, 1 de abril de 2013

"AMOR" (Michael Haneke)




 

F I C H A   T É C N I C A 
Título original: "Amour"
Dirección: Michael Haneke
Guión: Michael Haneke
Producción: Margaret Menegoz, Stefan Arnd, Veit Heiduschka y Michael Katz
Fotografía: Darius Khondji
Montaje: Nadine Musi y Monika Willi
Intérpretes: Jean-Louis Trintignant, Emmanuelle Riva, Isabelle Hupert, Alexandre Tharaud
Duración: 127 minutos.

S I N O P S I S
George y Anne son un matrimonio de profesores de música ya jubilados. Tienen más de ochenta años. Su hija, que también se dedica a la música, vive fuera de Francia con su marido. Un día Anne sufre un infarto cerebral y queda paralizado el lado derecho de su cuerpo. Poco a poco su salud se irá deteriorando y el amor que ha unido a la pareja durante toda la vida, entrará en una nueva y difícil etapa.


                                          C R Í T I C A S


                          TRES MONSTRUOS EN ACCIÓN (Por Cova)

 “..Para pedir la fuerza de poder vivir
sin belleza y sin deseo,
mientras seguimos juntos
hasta morir en paz, los dos,
como dicen que mueren los que han amado mucho”.- J.G. de Biedma

Pasen y vean al monstruoso Haneke, al monstruoso Jean-Louis Trintignant y a la monstruosa  Emmanuelle Riva  (Si no han visto Hiroshima mon amour, véanla, y si la han visto, vuelvan a verla) y que me perdone Isabelle Huppert, que sale poquito. 
Hacen falta muchos redaños para dirigir y para interpretar papeles como estos cuando pasas de los 70 y el destino está a punto de alcanzarte. Hacen falta muchos redaños para hacerlo tan monstruosamente bien y salir más o menos indemne. O a lo mejor es la edad,  precisamente la edad, lo que proporciona la serenidad necesaria para enfrentarse a ello. 
Pasen y vean la cruda realidad al desnudo, sin dramatismos ni sentimentalismos innecesarios. ¿Alguien dijo que Haneke es frío? 
Pues fíjense en la secuencia donde ella vuelve a casa desde el hospital. Fíjense en cómo le va guiando a él, en cómo le enseña lo que tiene que hacer para levantarla de la silla de ruedas. Fíjense en cómo él pone su mano en la cintura de ella, en cómo ella se abraza a él y cómo da la impresión de que estuvieran bailando un extraño vals. En esa secuencia se resume el amor, la ternura, la historia de toda una vida juntos, de quienes han pasado mucho juntos y han sobrevivido juntos. Repito: Sin aditivos ni colorantes. Esto no es un cuento de hadas, sino la vida misma. Sobran las lágrimas. 
Advertencia: No apta para maduritos sensibles y con la crisis de los 40, 50 o similares

“COMPASIÓN” por Vladimir Eisenstein

He tardado en ir a ver “Amor” de Michael Haneke. No me atrevía, lo reconozco. No en vano su obra “La pianista” es una de las películas más dolorosas que he visto y su cinematografía no se caracteriza por ser complaciente con el espectador. Sabía además que en “Amor” describe el ocaso de una pareja octogenaria en el que ella se quiebra con una enfermedad terminal y él tiene que hacerse cargo de su invalidez física y mental hasta que se apague sin remedio. Se han amado, se aman y no quiere abandonarla. Lo trágico, lo irremediable, lo que de una manera u otra a todos nos aguarda: cómo afrontar la agonía de un ser querido. Un argumento poco atractivo, desde luego, para una tarde de cine, incluso contando con mi admiración por el arte del cineasta austríaco.
Y se confirmó: “Amor” es una película dolorosa. No quiero decir con ello que sea un melodrama. No, nada más lejos del hacer de Haneke que recurrir al chantaje emocional, a provocar la lágrima en el patio de butacas. No, es un frío observador que puede ser crudo, pero nunca romántico. Y conste que esta es su película en la que menos se distancia, en la que sin recurrir a ningún truco sentimental, más humanidad muestran sus personajes. Podría decirse que es compasivo, que se siente hermanado en el dolor con sus protagonistas.Es más, el mal, incluso en estado puro, tan presente en su obra, en esta ocasión ni aparece.  
Ni qué decir que en el estado de gracia que Haneke ha alcanzado, su escritura visual es perfecta. El tiempo narrativo es el idóneo y la puesta en escena te lleva pasando desapercibida. Nada sobra en el guión y la interpretación de los actores es mpresionante.
Sobrecoge en especial Emmanuelle Riva, grabada su imagen en nuestra memoria sentimental por “Hiroshima mon amour”, una película crucial. Sobrecoge reencontrarse con aquella joven enamorada, que deambulaba entre las ruinas postnucleares, ahora convertida en esta frágil y dolorida anciana. ¡Con qué coraje ha afrontado tan difícil papel!
La cuestión que uno se plantea es hasta qué punto es necesario un film así. Porque “Amor” no plantea cuestión alguna ni sobre la eutanasia (y no deja que extrañar que en esta familia culta y acomodada nadie plantee en algún momento esa posibilidad), ni sobre cómo afrontar una situación semejante. No, Haneke sólo muestra las dificultades a las que se enfrenta esta pareja concreta, en especial el marido. Es una opción muy respetable y respetuosa, pero lo único que sentimos a la salida del cine es cuán indefensos estamos frente a la tragedia. Puede que sea así, puede que no haya solución ni paliativo, que no quepa el autoengaño ni la huida. 
   

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